sábado, 5 de mayo de 2018

Último día.

Esta ha sido sin duda una semana inolvidable, una experiencia insuperable y, sobre todo algo que nunca olvidaré. El día 29 de abril comenzó todo; un grupo de Los Realejos y otro de Nájera llegaron a un pueblo perdido del Pirineo Aragonés. Todos teniamos la misma idea y los mismos objetivos: conocer gente nueva, pasarlo genial, aprender y, sobre todo poner nuestro granito de arena en este lugar.
Al llegar aquí aluciné, literalmente, y no solo por el extraordinario paisaje, sino también por pensar en lo que podemos hacer entre todos si trabajamos en equipo y con ilusión.
Siempre había pensado que las personas somos un virus para este planeta, pero en este tiempo he entendido que tambien habémos personas conscientes de los problemas y, que luchamos por cambiar el Mundo y hacerlo un poquito mejor. En Búbal todo lo que hicimos estaba directa o indirectamente relacionado con la contaminación, el calentamiento global, el derroche de agua (sobre todo), el reciclaje, etc. Por lo que creo que este ha sido un buen ejercicio para concienciar a unos pocos que juntos harán mucho. Lo que comenzó en Búbal no se quedará ahí, proximo objetivo: el Mundo.

Carlos Yanes

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